sábado, 29 de noviembre de 2014

¡Quiero publicar a través de una editorial... y punto!

¿Crees que es imposible que tu obra sea rechazada y la autopublicación no entra en tus planes porque es dedicarle demasiadas horas a algo que es mejor pagar para que otros hagan por ti?
¡Coño! Adelante! Go ahead, hermano/a!
Completamente respetable y entendible. Es cierto, la autopublicación es dificil y no porque subir un libro lo sea (es casi más fácil escribirlo que lanzarlo, promocionarlo y ganarse algunas medallas).
Hay cientos de plataformas que por X ganacias e incluso por casi ninguna te aceptan cualquier manuscrito hecho con prisas y a lo loco. Hay de todo.
Pero sí que es verdad que el trabajo de verdad viene después, cuando ya está escrito y corregido, y al terminar la última hoja te sientes como Bob Esponja al terminar su jornada de trabajo.




Hay gente que no se puede permitir dedicar tanto a tiempo a su propia autopromoción o que carecen de las herramientas o conocimientos necesarios para llevar a cabo esa tarea, repito, de las más difíciles que existen si uno no es un autor reconocido.

Es por ello que, pensando en esas personas (y en todas en general), voy a echar un cabo para que os organicéis mejor a la hora de tener claros los pasos a seguir para enviar vuestra obra a una editorial.
Y ojo, que no queráis invertir el tiempo que requiere autopublicar a través de la publicación online no significa que curreis mucho menos. A menos que seais la mismísima J.K. Rowling, nadie va a ir a vuestra casa a pediros el manuscrito de vuestra obra. Hay que currárselo un poquito e invertir algo de tiempo.

Paso número 1:

Descargaos este pdf con el listado de editoriales a nivel nacional. Última actualización: 2008, así que algunas pueden incluso haber desaparecido. Si tenéis el listado más actual (yo lo he buscado pero a lo mejor sin mucho éxito) podéis compartirlo.

Paso número 2:

Buscad dentro de las características de cada una de las editoriales el idioma y temática en la que publican las obras. Si lo tuyo es la novela histórica o los libros educativos, busca todas aquellas editoriales que publiquen sobre esa temática. Lo podrás encontrar en el apartado Producción Editorial 

Aquí os pongo el ejemplo de dónde encontrar la temática con la editorial Crítica Ediciones.

Paso número 3:

Apuntad el nombre y correo electrónico de todas aquellas que coincidan con vuestra temática.
Luego, y para que no os volvais locos de remate, creareis una tabla en Word exactamente igual a esta:





En editorial pondréis el nombre de la editorial, en correo: la dirección de correo de la editorial.
Y así hasta acabar el documento PDF.

Habrás anotado cerca de treinta editoriales que publican lo que tú creas, así que existen treinta posibilidades de que alguna te acepte ¿no?

Paso número 4:

Una vez y hayas anotado el nombre de todas las editoriales y  sus correspondientes direcciones de correo en la tabla, toca redactar un correo formal que enviarás a cada una de ellas ocultando (y esto es importante) al destinatario el resto de destinatarios. 
Para ello pega las direcciones de correo en el rectángulo Cco de tu mensaje. No nos interesa que los destinatarios vean que estás intentando lo mismo con decenas de editoriales.
En el correo pondremos:

Buenos días/tardes/noches: 

Mi nombre es.................... y el propósito de este mensaje es el de obtener información a cerca del modo en el que puedo hacer llegar una obra literaria a su editorial. Si les fuera posible informarme del mejor modo para hacerlo les estaría infinitamente agradecido/a (si bien por correo electrónico u ordinario, o a través de esta misma dirección u otra).
Muchísimas gracias de antemano.
Atentamente
................

Paso número 5:

En la cuadrícula rellenarás el apartado Solicitud Info/fecha con un SI si conseguiste enviar el correo y no te fue devuelto (cosa que podrá suceder), y la fecha del día en que lo enviaste para calcular el tiempo que cada una puede tardar en responderte.

Paso número 6:

No suelen tardar mucho en contestar pero algunos pueden hacerlo en un mes. Yo envié el mío y el mismo día, casi al instante me contestó alguna. Otras se demoraron pero nunca más de una semana o dos.
En el siguiente punto del cuadro apunta  la respuesta (si fue positiva o negativa) con una P en verde (positiva) o N en rojo o negro (Negativa).

Paso número 7:

El siguiente paso es mucho más complicado. 
Ya tienes la respuesta positiva de algunas de ellas, eso seguro. Las negativas descártalas, e incluso puedes borrarlas de la tabla si te apetece, para que no te confundan.

Algunos te habrán dicho exactamente que debes enviar y a qué correo o en qué formato. Cíñete a lo que pidan. En caso de que no te hayan pedido nada en concreto sino tu obra sin más, voy a darte ciertos trucos para que lo que envíes sea lo correcto y ni nos pasemos ni nos quedemos cortos.
Ten en cuenta que esto que envías es como un currículo o es como hacer la entrevista de trabajo vía correo electrónico u ordinario, así que esfuérzate en parecer lo más profesional y correcto en todo momento.

- No envíes la obra al completo sino aquellos capítulos o pasajes más interesantes, tus preferidos y los que creas que atraerán al editor. Te recomiendo el primer capítulo, uno intermedio y el último. Si tus capítulos son muy extensos, sólo el primero y el último. 
El editor no tiene todo el tiempo del mundo para leer tu obra completa, necesita sólo una muestra de que lo que le propones es vendible, así que ¡menos es más!. Y no te preocupes por reventarle el final. El editor no es un lector o cliente, ¡es tu puerta a la publicación! Trabájate el primer capítulo como si tu vida se fuese en ello, pues es la primera impresión y... ya sabes lo que dicen.
- Envía tu biografía y currículo como escritor: un blog, web o página de facebook en la que desarrollas esta faceta. Si has autopublicado algo vía smashwords, manda las estadísticas de tus obras. 
Habla sobre ti, sobre quién eres, por qué te gusta escribir, etc. pero no cuentes cosas innecesarias o fuera de contexto. 
Sobre todo ve con la verdad. Todo debe ser demostrable llegado el caso. Esta gente va a invertir buena pasta en tu obra y no querrás que se lleven un chasco al ver que ni blog, ni miles de seguidores ¿no?
- Explica por qué tu obra es indescartable. Explica con pocas palabras el enorme negocio que están a punto de hacer al adquirir tu manuscrito. Pero no fardes ni te columpies demasiado.
- Resume tu novela brevemente. Una página o dos. No más.
- Es de bien nacidos el ser agradecido. Agradece de antemano el trabajo que se han tomado al leer lo que envías y muéstrate lo más humilde que puedas. Si puedes, pide que en caso de descartar tu obra te den consejos sobre cómo mejorar o, en la medida de lo posible, te expliquen cuales fueron los fallos. No están obligados a contestar pero no pierdes nada intentándolo.
-  Muéstrate tal como eres, deja entrever que hay dentro de ti un personaje interesante, espontáneo aunque formal. La humildad y la espontaneidad te harán sobresalir de entre los demás.
- Y lo más importante.... que tu obra sea exactamente lo que vendes. Debes estar seguro de que lo que envías es  vendible y de calidad. Si dedicas mucho tiempo a la presentación pero luego el material  no está a la altura, date por muerto.

Y Voilà!!! Parecía fácil ¿eh?



Una vez y hayas completado el dossier con esta información envíalo a aquellos que hayan aceptado leer el manuscrito y en ese mismo de Envío Dossier coloca la fecha en la que o enviaste. Una vez más, para comprobar cuánto tardan en contestar, etc.

Espero que recibas muchos Síes, que se peleen entre ellas por publicarte y que dentro de poco cumplas tu sueño. Al menos con estos trucos estás cada vez más cerca ¿no es cierto?

Mucho ánimo porque la suerte es para los que no estudian y tú llevas la lección bien aprendida, seguro. 

Nos leemos pronto

jueves, 27 de noviembre de 2014

¿Autopublicar o tirar de editorial?

He aquí la gran cuestión. La cuestión de cuestiones, diría yo.


El mundo de las editoriales es inmenso y complicado.
Al principio, una vez y terminas de escribir tu primera obra sientes que esas palabras deben ir impresas en cientos de folios. No va contigo eso de que se descarguen tu libro o que lo adquieran gratis o por unos pocos euros. Tú ves que diariamente se publican en papel libros peores incluso que el tuyo y el tuyo no merece menos ¿no es así?
Sí, yo también lo pensé. Y me dije: mi libro tiene que estar en una librería de las de toda la vida. ¿A quién no le molaría eso? No es lo mismo fardar de estar publicado en libro físico que auto publicado en librerías online ¿no?




¡Ah! ¡Error!


Para empezar y aunque te duela reconocerlo, aún no eres nadie, y eso a las editoriales les importa, y mucho.
Presentarás tu candidatura a cientos de ellas y te responderán que no aceptan obras por el momento, o que ya tienen el cupo lleno, o que sí, pero que cubras tú la mitad de los gastos, que esa no es la clase de literatura que ellos publican… en el mejor de los casos te pedirán un esbozo de tu obra para luego rechazártela amablemente. Y quizás, y sólo quizás, te digan… eres lo que buscamos. Por desgracia eso ocurre en el menor de los casos. ¿Quiere decir eso que tu obra no tiene valor? ¿Que quizás estás tan obnubilado contigo mismo que no te das cuenta de que en realidad lo que has escrito no gustará a nadie? ¡Error absoluto!

De eso nada, olvídalo. Tu obra tiene tanto valor como tú quieras darle y por suerte la publicación tradicional es una opción como la de enviar correo postal u ordinario, o como ir a una tienda de discos y comprarte un CD (ya casi ni recuerdo cómo se hace eso).
¿Por qué? Pues porque el mundo cambia a cada segundo y porque la tecnología así lo demanda. A mí me gusta un libro físico más que comer, pero sí que es cierto que es más práctico tener mi propio lector y comprar por un precio más asequible y en un formato más ecológico, cientos de libros que de otra manera no podría adquirir.

¡Tu libro estará a un click de cualquiera que quiera tenerlo! Y eso es estupendo. 

De la otra forma tu libro sólo estará en tiendas dependiendo de ciertos convenios que tu editorial tenga con ciertos comercios. Ellos se llevarán la mayor parte de los beneficios, serán libres de cambiar incluso el  nombre de tu obra si eso les parece más o rentable y tú perderás la mayor parte de los derechos sobre tu obra. No podrás lucrarte poniéndolo a la venta online, si ese fuera tu deseo; y sentirás frustración porque al final la gloria será efímera. Tu libro durará en el escaparate el tiempo que el librero estime oportuno y según la venta que tu portada genere (sí, así de importante es la condenada). 
En cambio, de la otra forma, no te aseguro que la historia sea diferente, pero sí es cierto que cuentas con muchas más ventajas, incluida la posibilidad de poner un precio a tu obra e ir cambiándolo a medida que vaya avanzando puestos en las librerías online. Si la portada no te convence o no está generando el interés que debiera, también puedes cambiarla y observar cómo este simple hecho genera más o menos público interesado. Y así ¡hasta convertirte en Hemingway!
Se trata de seguir tu propio trabajo desde la creación hasta el parto; es laborioso, frustrante, debes armarte de paciencia, aprender mil oficios para un único fin y rodearte de un sin fin de herramientas que te serán útiles para la promoción del libro (si, eso también corre de tu parte). Pero es a la par que laborioso, gratificante.

Una vez y comiences en este duro mundo, te darás cuenta de que, al fin y al cabo, hasta poco cobran las editoriales por hacer todo este trabajo por ti. O al menos eso pensé yo.



Cuando demuestres que realmente esto es lo que eres y sabes hacer, y cuando el público te dé la razón con sus compras, comentarios positivos, valoraciones, etc. entonces te habrás hecho tu propio hueco y cartera para un futuro. Enhorabuena, ya eres escritor.

Más adelante daré los tips que yo he seguido para la promoción correcta, tanto previa como posterior al lanzamiento de una obra, y las diferentes plataformas que existen (o que yo conozco) para autopublicar.
Para aquellos que quieran publicar a la manera tradicional, mandaré el directorio de editoriales con fecha de 2008. Una publicación del gremio de editores de España patrocinada por el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), el
Centro Español de Derechos Reprográficos. (CEDRO) y la Entidad de Autores y Editores. Con esto pretendo facilitar a los profesionales del libro, el conjunto de información básica necesaria para las transacciones comerciales que permitan la divulgación y promoción editorial en el mercado interior y en el exterior.
¿Genial no?



¡Nos leemos pronto!

miércoles, 26 de noviembre de 2014

De los creadores de "El título me costó media vida" llega "La portada me va a volver loco"

Como  bien decía John Hammond (Parque Jurásico I y II): "No escatimemos en gastos"

El título del libro normalmente es secundario. Puedes llamar a tu libro "Patata frita", y que eso no le importe al lector, mientras que tu portada sea de diez.

Me pasé horas dándole vueltas a la cabeza pensando en la frase o palabras que mejor describiesen el alma de mi primera novela, y finalmente el título llegó cuando dejé de buscarlo. Como todo ¿no?

Pero esa agonía no es  ni equiparable a la tensión que me embargó cuando me tocó elegir portada. Si un título puede no ir directamente relacionado con la temática del libro en sí, la portada tiene que ser lo más fiel posible a la esencia del mismo. Sobre todo si tu decisión es auto publicar tus propias creaciones. Si has tenido la suerte de que tu libro ha sido seleccionado por una editorial de las de toda la vida, entonces este  no supondrá un mayor problema para ti ya que ellos pueden incluso cambiar el nombre a tu libro, siempre y cuando a ellos les parezca más o menos comercial.

Este post entonces es para aquellos a los que la publicación tradicional no les ha dado resultado y por ende desean intentarlo por sus propios medios, siendo ellos mismos autores, productores, editores, correctores, diseñadores y publicistas...con lo que ello implica.

Parece una locura pero hay una manera de hacerlo y no acabar completamente loco.
Lo principal es LA ORGANIZACIÓN. De eso hablaré en otro post más adelante.

El ser humanos es un ser visual que funciona por estímulos, cuanto más estímulos, más atraídos nos encontraremos y nos decantaremos más por una obra o por otra. Hablamos de la portada como de la esencia, alma, imagen de todo un proyecto y si no captamos la atención suficiente con ella, no conseguiremos que lean el título, y mucho menos la sinopsis.

Algunos trucos:

- No la sobrecargues de elementos fútiles que terminarán no por llamar la atención sino por agobiar a posibles compradores. Recuerda que menos es más.
- Intenta que tenga que ver, en la medida de lo posible, con el libro, o al menos con la temática. Si escribes sobre recetas de cocina, no pongas en ella una máquina de coser.
- Recuerda que el tamaño de la portada, o lo que será visible para los compradores en los catálogos virtuales, apenas ocupará un 3% de todo su enfoque visual, y si a eso le añades la presión de estar rodeado de un centenar de obras dispuestas como la tuya a llevarse el gato al agua, eso nos obliga a volvernos ultra exigentes. Sé tan exigente con tu obra como lo serías a la hora de comprar un libro.
- Trata de no usar letras alocadas o desordenadas que confundan, ni abusar demasiado del colorido creyendo que así llamaremos la atención. Curiosamente se obtiene el efecto contrario.
- Ten cuidado con las imágenes que descargues o uses para elaborar la portada ya que si están sujetas a derechos de autor y tú las usas con fines lucrativos, puedes verte en un problema. Fotolia es una web en la que por menos de un euro puedes hacerte con los permisos necesarios para usar una imagen, y que en el futuro no te lleves sorpresas.
- En caso de no poseer conocimientos suficientes a cerca del photoshop, edición fotográfica y su funcionamiento, y para que no pierdas tiempo innecesario aprendiendo a manejar estas herramientas, te recomiendo que encargues esa labor (la cual es de vital importancia) a profesionales que por un precio razonable harán que tu libro luzca como si de un súper ventas se tratase. Permíteme recomendarte los servicios de Ebookhermanos que van desde el diseño a la distribución de la obra, e incluso la creación y alojamiento de tu propio blog... más un sin fin de servicios a precios completamente justos. 
Son muy apañaos estos dos. En su blog  (el cual sigo como si de la biblia se tratase) podrás encontrar decenas de trucos para auto publicar tu propia obra de manera gratuita en todo momento, aunque si te supera la cantidad de pasos que hay que dar, ellos se ofrecen a hacerlo por ti. Claro que, como es lógico, ese servicio habría que pagarlo.

En fin, sea como sea, hagas lo que hagas, decidas lo que decidas hacer, espero que el resultado sea exactamente aquello que desearías ver en una estantería online, aquello que tú comprarías, y sé honesto contigo mismo porque en eso se basa.
La profesionalidad que demuestres en este aspecto será la que los lectores atribuirán al resto de la obra, así que ¡no escatimes!

Mamá... ¡he escrito un libro!

¿Y ahora qué?

Mientras buceaba por Internet descubrí un enlace que me llevaba a participar en un concurso literario de prestigio. El premio eran ni más ni menos que 21.000 euracos más la publicación de la novela. ¡Casi nada!
Ni qué decir tiene que a falta de dos días para que finalizase el proceso de recepción de ejemplares, ésta que está aquí dijo: ¡Allá que voy! con dos cojones.
Pero lo más gracioso no fue que me creyese capaz de ganar semejante concurso siendo novel e indie perdida... no, no, ¡lo mejor fue que ni siquiera había acabado la novela! Si, ríete.

Abrí el documento y viajé hasta la última página...250 páginas. Fruncí el ceño mientras leía el último párrafo y discernía a cerca de cómo dar por zanjado aquel capítulo a la vez que calculaba cuánto me quedaba para terminar el libro entero me dije: ¡Bah! así está bien ¡Aparcao!

Añadí un párrafo de esos melancólicos y profundos, una frase tipo: "Siempre nos quedará París" o "Nadie es perfecto", y voilà ¡Continuará!

Si, si, como lo lees. Simplemente aquel era el lugar y de ahí no habría avanzado ni a tiros. Y menos mal que lo hice porque el concurso sólo admitía novelas de hasta 250 páginas.
Me quedé mirando la pantalla como una estúpida, imaginándome sosteniendo el premio, como la Jennifer Lawrence con su Oscar, sosteniendo mi primera novela bajo el brazo, sonriendo y dando las gracias a todos los que me habían ayudado e inspirado.




¡Ah! ¡Qué recuerdos!

A la mañana siguiente y después de varios meses  intensos escribiendo hojas y hojas, capítulos y capítulos, palabras y más palabras, devanándome los sesos por encontrar un título que resumiera todo sin ser ridículo, ni superfluo, ni cursi, ni repetitivo... tratando de encontrar la fórmula perfecta para atraer, llamar la atención y tentar al lector de esta manera... bueno, pues después de todo eso: se lo conté a mi familia.
Si, si amigos míos, hay gente tan extremadamente extraña que en vez de presumir de sus logros los ocultan bajo cientos y cientos de claves secretas y códigos que sólo un experto descifrador de claves encriptadas podría lograr resolver.

Durante los dos años en los que tardé en terminar el libro, se llamó Disonancia cognitiva tema 2.docx, un título anodino con el que me aseguraría de que nadie, jamás, se viera tentado a abrirlo. Y aunque así hubiese sido, soy la única persona en el universo que sabe que los documentos Word pueden encriptarse.
Sólo alguien con un importante trastorno de "diosabequé" es capaz de hacer un libro sólo para sí mismo. Pues yo lo hice. Tenía coletazos de lo más extraños ya que de la noche a la mañana pasé de protegerlo hasta límites preocupantes, a contarlo a mi familia, imprimirlo y mandarlo a un concurso a nivel nacional para que seis o siente expertos en literatura lo leyesen y juzgasen.

He de admitir que antes de mandarlo me sentía como Oda Mae Brown (Whoopy Goldberg en Gosht) cuando tuvo que donar los cuatro millones de dólares a las monjas.


Si bien es cierto que les conté a mis padres y familia en general (incluso a mis amigos) que había escrito una novela y que la había presentado a un concurso (eso mola, y decirlo en voz alta más), no les dejé leer ni una línea.

Que sí, que sí, que estoy para que me encierren.


Para explicarte el porqué de este comportamiento tan infantil y preocupante, qué mejor que citar textualmente las palabras de Eduardo Archanco (Consultor en rehabilitación, escritor, analista tecnológico y colaborador de Applesfera) que definió en su post ¿Quién es el loco que quiere publicar un ebook?, exactamente lo que yo no me atrevía admitir. 
Ojo al dato porque todo tiene una explicación:

"El que escribe por placer

Es el grupo más numeroso de personas y encaja con la gran categoría de ficción. Suele tener varios relatos escritos e incluso alguna novela en un cajón, pero no se atreve a dar salida a sus inquietudes. Sí que quiere publicar un ebook con su obra aunque le preocupa el qué dirán sobre ella.
Lleva dedicándole mucho tiempo a sus historias y se pasa el día imaginando nuevas tramas y personajes. Es sensible a lo que otros puedan pensar sobre él a raíz de sus relatos y no quiere que una crítica negativa acabe con su más preciado bien.
Pero al mismo tiempo no puede evitar preguntarse si todo el mundo de ficción que ha creado puede llegar a gustar a otras personas tanto o más de lo que le gusta a él. Cuando al final se decide a dar el salto y publicar un ebook con sus narraciones, no puede evitar un sentimiento de pérdida de intimidad."   (Ebookhermanos.com)

Sencillamente es así. No es que crea que mi novela no vale la pena, (de hecho la tengo en muy alta estima) pero sí es cierto que con ella estamos abriendo la puerta a todo aquel que la lee a aspectos de nosotros mismos que nadie conoce más que uno mismo. No puedo ni imaginar la ansiedad con la que mis hermanas albergan el momento en que les diga tan siquiera cómo se llama la novela. Si yo fuese ellas ¡la intriga me mataría

Desde aquí quiero agradecerles el que nunca jaqueasen mi ordenador (yo al menos lo habría intentado).

La verdad es que necesitamos desprendernos de esos miedos ridículos porque si creemos en nosotros mismos tanto como para empezar a escribir, entonces sólo necesitamos darnos una oportunidad de demostrar lo que sabemos hacer. 


Mejor o peor, siempre habrá críticas, pero lo más importante es que uno mismo sepa que lo está haciendo y que por fin saltó, cantó, escribió, se declaró o simplemente dejó que otros leyesen lo que había escrito. 

P.D.: No, no gané. Aunque, pensándolo mejor... sí que gané.



lunes, 24 de noviembre de 2014

Receta para un buen libro

Y no nos equivoquemos: no es lo mismo "receta para un buen libro" que para un BestSeller.
Detrás de un Best Seller (mayormente) hay una excelente campaña de marketing y de publicidad.

Me refiero a un libro que quede dentro, un libro que recuerdes durante toda tu vida, un libro inolvidable.
Me encantan esos libros. 
Esos libros cuyas escenas muchas veces confundes con recuerdos tuyos, porque lo has interiorizado tanto que esos personajes acaban siéndolo, y en el mejor de los casos, ¡son incluso tú mismo!

¿Qué le vamos a hacer? No todo el mundo nació con la habilidad para crear algo así. Yo no estoy ni cerca de eso. Mis personajes, como mucho, durarán una resaca, aunque para mí son irrepetibles y magníficos.

Un buen libro debe tener personajes adorables, personajes que nos recuerden a nosotros o a otros, debe tener diálogos buenos, un malo malísimo, una trama inquietante, saber mantener esa trama y que no se desmorone hasta al menos el final, amor y sexo (a poder ser), y una prosa atrapante.
Yo creo que con eso me doy por servida, (yo y cualquiera).



Cuando comencé mi primera novela no sabía lo que saldría de ella. Cometí todos los errores habidos y por haber y me costó varios años (al menos dos) enderezarla. Errores que iban desde comenzar a escribir sin un patrón, hasta ni tan siquiera apuntar los nombres de los personajes en un anexo al que poder recurrir. Era todo un caos.

Por suerte, contaba con algo a mi favor, y es que mis nociones de gramática eran y son bastante correctas, aunque eso no me impidió volverme exigente conmigo misma y no dejar atrás ni una sola coma. Debemos tener en cuenta que cuanto más desesperante sea la exigencia que demostremos tener con nosotros mismos, más éxito tendrán los resultados.
No por ello debemos entender con esto que si nuestras obras no son de una prosa elegante y refinada como la de un lord de Inglaterra no vamos a comernos un rosco en el mundo editorial. ¡Todo lo contrario! la gente común necesita de vocabulario común. Son menos los que exigen leer una obra "cervantesca" y más los que desean tener entre sus manos un libro que poder leer, entender y sobretodo, y lo más importante, sentir y recordar.
Por lo tanto, ¡alégrate! quizás nuestras obras no pasarán a la historia por su riqueza de contenido y descripciones, pero causarán en el lector algo tan importante como lo es el sentimiento de conformidad, de alegría, de satisfacción.

¿Cualquiera puede hacer un libro?
Sin matizar esa pregunta te respondería que sí. Cito textualmente de la Diosa Wikipedia: Según la definición de la Unesco, un libro debe poseer 49 o más páginas (25 hojas o más), pues desde 5 hasta 48 páginas sería un folleto (desde tres hasta 24 hojas), y desde una hasta cuatro páginas se consideran hojas sueltas (una o dos hojas).
 Por lo tanto, repito, sí, cualquiera puede escribir un libro. Pero, ¿cualquiera puede lograr hacer de ese libro algo único, excepcional, merecedor de la atención de cientos, miles o millones de lectores? 
Eso es una pregunta bien distinta y creo que es lo que realmente da sentido al acto de escribir.
A eso debo responderte que no. Cualquiera no, ni mucho menos. Pero no es imposible, te aseguro que tan sólo el 50% del éxito de una  novela está en el libro en sí (historia, prosa, enganche, personajes, descripciones y demás detalles).
Una parte impepinablemente importante es la portada, a la que yo le atribuiría un 10% del peso total del éxito. Pero lo que la convertirá en un bestseller es la publicidad.
De eso hablaremos en otra ocasión.

Basta decir para concluir que si pensabas que para escribir era completamente necesario hacerlo como Lord Byron, estás equivocado. Hemos de tener nociones de concordancia y de gramática, pero lo más importante: debemos tener algo que contar... ¿Tienes algo que contar?



viernes, 14 de noviembre de 2014

'50 sombras de Grey' o cómo escribir una novela


¿Hay alguien en la sala que no se haya leído 50 sombras de Grey?


Yo me lo leí porque Sylvia de Béjar, una excelente experta universitaria en sexualidad humana y educación sexual a la que sigo, tanto en su página de Facebook como en su página, y a la cual recomiendo, publicó un post en el que ella comentaba la aparición de este fenómeno que ya apuntaba maneras. 

¡Y tanto!

Lo admito y está mal que lo diga pero... me lo descargué. 
Me lo leí quizás en dos días, no creo que tardase mucho más. 
¡Qué descubrimiento! Mis hormonas no paraban de hacer la ola cada vez que aparecía una escena de sexo. La verdad es que fue estupendo.
Incluso mi amigo David se lo estaba leyendo y sus palabras para describir el libro fueron: 'Follan, hablan un poco, follan, hablan un poco, follan… y así sucesivamente' se quejaba. 'No tiene argumento ninguno'.
Yo le recriminaba que era increíble que un hombre hechara de menos el argumento cuando hablábamos de novela erótica, pero bueno, nunca pensé que con el segundo libro tuviera que darle la razón tan impepinablemente. Es una novela erótica, vale, pero se agradece que la trama te atrape un poco y que sea coherente ¿no?




No estaba acostumbrada a leer literatura erótica y aquellas páginas me dejaron con la boca desencajada así que cuando terminé el primer tomo, fui tan ingenua que adquirí el segundo.

Pero ¡ignorante de mí! si ya en el primero lo habían dado todo y no fue la gran cosa -argumentalmente hablando hablando-, ¿qué podía esperar del segundo?... ¡o de un tercero!

Independientemente del más que cuestionable erotismo de las escenas y de la no tan mala habilidad de la autora a la hora de relatar contenido de alto voltaje, la historia es el mayor truño jamás contado. Si a eso le añades la posibilidad de que ese mismo truño vaya a estar en las pantallas de medio mundo en Febrero...¡échale guindas al pavo! 
Pero nada de eso es equiparable al hecho de que esta servidora estará en alguno de esos cines. 
Que sí, que no soy una santa, que me contradigo mil veces... y para muestra un botón: ese libro es el más instructivo que me he leído nunca y te lo explicaré con este ejemplo:

Thomas A. Edison, respondiendo a un periodista que le recordó que había cosechado casi mil intentos fallidos antes de dar con el filamento de tungsteno, dijo: "No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de no hacer una bombilla".

¡Qué crack! en fin, eso es lo que yo aprendí: aprendí al menos una forma de no hacer un libro erótico; ese aprendizaje me ha servido para crear no sólo una novela, ¡sino dos!

Y ustedes dirán: Pero ¡ignorante de la vida! si ese libro triunfó sin que la autora usara más de dos neuronas entre capítulo y capítulo, usa su misma técnica de folleteo, sexo, chica virginal, macho dominante, posesivo, añade un par de fustas y dale al Play.
Ya, ya, si tenéis razón, si es que ya me lo decía mi madre, pero no. Fui más valiente y creé una historia nueva y detrás de esa historia metí sexo salvaje y personajes que no saltaban a la cama del otro en las primeras líneas. Toca esperar un poco, lo siento. Pero me aseguré de tener enganchado al lector incluso sin que mis chicos (personajes) se bajasen la brag(as)ueta en el prólogo. Y ¿cómo se hace eso? Pues con personajes y con diálogos. 

'Pero flipada ¿Cómo sabes que tu obra enganchará al lector?'
Bueno, para responderte a eso me voy a tener que columpiar bastante: básicamente porque yo soy lectora, y bastante exigente por cierto. Me fío de mi instinto y soy capaz de saber en dos páginas si lo que tengo entre manos promete o no.  Ese es mi don. No me da dinero pero me ahorra bastante tiempo leyendo 'ñordos'.

Mi amigo David (gran consumidor de literatura) me lo dice siempre: 'Yo abro un libro y si no veo diálogo no lo compro'.
Esa frase se me quedó grabada... y tiene razón.

También me dijo: '¿Tu libro tiene sexo? si no lo tiene no te vas a comer ni un rosco'.
Y en eso también tiene razón. Snif.

No quiero decir que un libro con muchas descripciones y poco diálogo no venda pero, a la gente le gusta relacionarse o leer sobre relaciones, ¿o no?. O al menos en esta década. Eso de leer sobre la teoría del amor ya pasó de moda. Ahora queremos saber lo que pasó cuando apagaron las luces y que no nos dejen con la miel en los labios. Queremos la miel, las abejas y el panal. 




Punset escribió que 'la verdadera felicidad se encuentra en la antesala de la felicidad' y cómo no, en eso coincido. Lo que el amigo Punset quiere decir  es que somos más felices en el proceso de crear un acto que nos va a satisfacer enormemente que en el propio acto en sí, y para ello usó el ejemplo de su perra Pastora (creo que se llama): Pastora salta en sus dos patas traseras, emocionada, feliz, extasiada, mientras veía a su dueño prepararle la comida. Revoloteando a su alrededor completamente fuera de sí. En cuanto le acercaban el recipiente con la comida se relajaba, dejaba todo ese divertido ritual y se dedicaba a comer plácidamente. 
No era menos feliz pero seguramente, si tenemos que decidir cuándo lo parecía más, diremos que justo antes de comer. ¿No? Pues a eso me refiero.

Y ¿este rollo a qué viene?

Como lectora me gustan los preliminares, que los personajes me enganchen poco a poco, que me enamoren, que no sea un aquí te pillo constante. Como en la vida real, vamos (al menos en la mía). 
Me gusta la lectura romántico/erótica pero la antesala a esas escenas me satisface tanto como la propia escena, y admitamos que la una no es nada  sin la otra.
Esa electricidad que surge cuando los personajes se hacen más y más afines, cuando la tensión es palpable,  cuando traspasa las líneas, los párrafos...cuando el silencio dice más que mil palabras. Ese efecto me pone. Y a ti también, y lo sabes.

Esa esencia, la de crear personajes interesantes y una historia conmovedora, se está perdiendo, muy a mi pesar. 

Ahora es lo uno o lo otro.

Llegar a esa conclusión me hizo escribir mi primera novela a la que luego le siguió una segunda. La desesperación por tener ante mí un mundo renegado -literariamente hablando-, la sucesión de obras de dudosa calidad que pasaban por mis manos, obras que al parecer alcanzaban el Top10 en las listas de más vendidos... todo ello hizo que se me encendiese una bombilla, la misma que el amigo Edison encendió después de 999 intentos:

¡Si quieres leer la novela de tus sueños vas a tener que crearla tú misma, lumbreras!

Y eso hice.

Aquí viene mi crítica a '50 Sombras de Grey'. Recuerden amantes de Christian, desde el cariño les digo que abran su mente y se planteen la veracidad de mis argumentos antes de degollarme.

Redactado en Julio de 2012 en la página de Sylvia de Béjar.


"El primer libro me dejó bastante ilusionada; se veía que la autora quería llevar a los personajes (o al menos lo parecía) más allá de lo que a primera vista parecía. Fue erótico, excitante, todo un sinfín de lecciones de buen sexo y afinidad sexual. Pocas veces ocurre que la mujer dice “sí a todo” y se entrega completamente y sin reservas a un experto del sadomasoquismo, oscuro, impenetrable, sexy, abrumador, posesivo hasta el desquicie y experto prácticamente todo… 
Hasta ese punto del libro (del primero) bien, nada que objetar, pero obviamente el segundo no es ni de lejos recomendable, sobre todo para aquellas personas (mujeres) que se hayan tomado al personaje tan en serio que incluso puedan verse tentadas a hacer suyas las tonterías que estos personajes están a punto de cometer. 
Nada más alejado de la realidad, yo no quiero algo así. 
A cada frase que leo (y por muy buenas que sean las escenas de sexo) me desquician las frases de “soy tuya” o “tú eres mio” o “no te pongas ese vestido”, “que no te vea nadie las domingas”, “que nadie te toque”, “nadie se te acerque”, “no tengas amigos”…. ¿perdona?
¡Eso es como mínimo preocupante! y si la autora intenta de ese modo darnos a entender o reflejar lo que la mujer busca en un hombre (experto sexual, sexy, misterioso, humanitario, rico, que sepa pilotar todo tipo de artefactos? que sepa música pero que a la vez sea peligrosamente posesivo, autoritario, lascivo, sobreprotector y amante de lo agresivo) pues déjenme decirles que está muy equivocada. 
¡Que lo único que la chica sepa hacer mejor que él es cocinar! ¡Arg!
Me quedo corta definiendo el tipo de misoginia que se expresa en este libro, cuanto menos, preocupante. 

Si, si, es ficción, es fantasía… lo que ustedes quieran pero en mis fantasías no aparece alguien que poco menos y me quiera poner un burka. 
No puedo… no, no, perdón…. No quiero creer que a la mujer (a más de 30 millones) les parezca esta novela como recomendable porque yo, sin contar el primer libro y aislando algunas escenas de sexo y la capacidad de la autora para introducirnos plenamente en la trama (sexual), no veo en este libro nada talentoso, y créanme, nada es quedarme corta.

Estoy llegando al final del 2º libro y no dejo de leerlo porque nunca he dejado un libro a mitad, pero tuve que parar para escribir esta crítica ya que los acontecimientos que estaban sucediendo en la trama estaban poniendo a mi Diosa Feminista Interior de los nervios.
Yo recomendaría el primer libro, en el cual a la autora no se le había ido la olla aún y los personajes gozaban de cierto criterio y personalidad. El segundo es azucarado y quinceañero, irreal, incomprensible, frustrante, sin una línea, sin un patrón, sin una sorpresa; escenas eróticas enlazadas sin ningún tipo de arte ni coherencia. Una pena, porque en serio que me gustó el primer libro, hasta lo recomendé a mis amigas. Ahora siento en el alma que lleguen al segundo y les pase lo que a mí; que reciban toda clase de mensajes ridículos, endulzados y tan poco maduros de una relación de telenovela, engañosa, tanto que ni mis hormonas arrebatadas e hipnotizadas por el erotismo podían soportarlo. 

Espero no haber sido la única en darme cuenta de estos detalles porque definitivamente ¡eso si que sería preocupante!