viernes, 17 de abril de 2015

Y ¿quién decide cuánto duran los besos?

Personalmente, nunca escojo un punto concreto en el que terminar una historia. Simplemente termina.
Mi primera novela amenazaba con convertirse en un macro libro de mil páginas si no decidía dividirlo en dos a tiempo. No sé, sencillamente pensé..."hasta que todo esto termine" y lo acabé. Si seguía una página más, habría sido demasiado. Además, me quedaban tantas cosas por amarrar y tan poca idea de cómo hacerlo sin destrozarlo todo por el camino que me dije: "Paciencia, respira y trama algo decente".

Y eso intenté. Pasó casi una año hasta que lo retomé, consciente  de que no podía dejarlo para más tarde por mucho más tiempo. De hecho, empecé el tercer libro antes de terminar el segundo...¡algo nada recomendable! Pero cuando las musas llaman a uno...
 
En fin, creo haberle dado un final digno, con emoción, tensión, acción y romance. Digamos que la primera parte se parece tanto a la segunda como un huevo a una castaña. Si causa opiniones dispares es porque a quienes no les gusta la primera parte les gusta la segunda, y viceversa. Quise abarcar muchos estilos y acabé dividiendo al público. ¿Eso es bueno? Ni bueno ni malo. Es arriesgado y aún es pronto para admitir que fue un error, pero creo que no lo fue.

Portada segundo libro
Una historia que sólo girase en torno a una relación me parecía tediosa e infumable. Imaginé que si el lector tenía que volver a leer las mismas paranoias que leyó en la primera novela, sencillamente me pegaría un tiro y luego se lo pegaría a él. Yo soy muy de ponerme en los pantalones del otro ¿Se notó mucho?


En cuanto al título, no recuerdo cómo llegó a mi cabeza; quizás en ese espacio entre la vigilia y el sueño. Me gusta como suena, como una de esas preguntas trascendentales: ¿quién decide cuánto dura un beso entre dos personas? Es como una acción que no tiene duración determinada, que no es premeditada, ni calculada, ni sospechamos qué nos va a provocar. Por otro lado, también puede estar expresado en modo figurativo y significar que las relaciones son efímeras, que pueden acabar abruptamente, de manera consensuada, por razones que no nos esperamos, o por "agentes externos" a la pareja. ¿Quién decide cuántos besos más nos quedan por dar? De repente lo veo como algo tremendamente profundo. ¡Jesús! Sea como sea, es un título que llama la atención.

Hasta ahora nadie me ha preguntado lo que significa o me ha dicho lo que piensa cuando lo lee. La gente tiende a respetar mucho al escritor cuando elige un título y supongo que por esa sencilla norma, nadie me ha preguntado jamás el por qué de mis títulos.



Este libro está disponible en diversas librerías online tales como iBook, Smashwords, Barnes&Noble, OverDrive o KoboCuesta 3.99, y créanme que poco me llevo yo de ese simbólico precio. Ya he recibido algunas quejas por parte de algunos lectores porque se sienten "traicionados" porque pensaban que la novela estaba completa, pero que para terminarla deben pagar. Siento decir que no me preocupa en absoluto. Yo regalo mi primera novela, la más larga que he escrito. Nada menos que 250 páginas reales, A4. Gratis, regalada, obsequio de la casa. La única intención que albergaba cuando así lo decidí era darme a conocer, porque nadie invierte en aquello que desconoce, a menos que le venga recomendado. Mi misión era que aquellos a los que les gustase lo que hago, me regalasen el privilegio de continuar leyendo por un precio que ni siquiera es competitivo. Cuesta menos que una entrada de cine y también menos que algunas revistas de menos de 50 páginas.

Y bueno, no me haré millonaria. Tal vez pueda comprarme un libro con lo que gane, el libro de alguien desconocido que como yo, ha tenido un pequeño golpe de suerte en esto de la autoedición. Quien la sigue la consigue.

¡Nos leemos!


No hay comentarios:

Publicar un comentario