Buscando el porqué contigo llegó la lluvia

Pensando y meditando estos últimos días a cerca del más que sorprendente éxito de la primera novela que autopublico, no puedo menos que tratar de hacer balance, de agradecer y de pensar en frío lo que supone y significa querer seguir en este camino que comencé hace ya tres años. 

Quien dijo que lo importante no era llegar a la cima sino mantenerse, sabía lo que decía. Sobre todo porque el mundo de la autopublicación gratuita es voluble y nada es permanente en el ranking de las librerías más populares. No puedes más que comenzar a temer la bajada porque tal vez te gustó demasiado el sabor del reconocimiento. ¿A quién no? No gano nada, es cierto, pero que tu trabajo sea apreciado es ganancia suficiente, sobretodo en una época en la que la competencia y la saturación de spam en el ámbito literario está a la orden del día. Así que gracias, muchas gracias.

No todo vale para vender o regalar nuestro trabajo. 

Hay que ser responsables a la hora de transmitir, a través de nuestros escritos, ciertos valores. Hablo de que nos quede un regusto que haga meditar, dejar en el lector ciertas sensaciones. No vale el escribir por escribir.

Hace tres años comencé a leer novela romance. Recuerdo que jamás la había leído; yo soy más de novela histórica, de drama, de suspense, de fantasía o de misterio. Jamás me había llamado la atención el romance. mucho menos escribir sobre él. Lo que sí tuve que admitir era que a través de la literatura romántica, las canciones, el cine, la poesía, y del arte en general, el romance, las relaciones y el amor se representan de manera preocupante. O eso entiendo yo después de haberme empapado de novelas los últimos tres años.

La primera causa de depresión en la sociedad occidental es el mal de amores. ¿Lo pueden creer? ¿Y no les pica la curiosidad por saber qué es lo que vemos o consumimos  que nos hace pensar que quedarnos solos puede llegar a convertirse en un trauma o tristeza tan grandes que nos llega a sumir en la más terrible de las penas? ¿De dónde sacamos semejante idea?

Tengo una teoría (yo soy mucho de teorizar) y no es nada descabellada: algunos "formatos culturales o de entretenimiento" nos venden que el amor debe ser pasional y que se debe sufrir, que no podemos vivir sin él o sin ella, que sin ti no soy nada, que me moriré si no eres mía, que me perteneces y que te pertenezco, que la vida sin él no tiene sentido, que no valgo nada sin amor...
¿No les suenan estas frases? ¿No han bailado al ritmo de estas palabras? ¿Estoy paranoica o algunas cosas comienzan a encajar?

Realmente si, la novela no tiene nada nuevo que contar, no es la idea más original que vayan a leer, no son los personajes más profundos y mucho menos ganaré el Premio Planeta con ella, pero lo que sí sé es que existe otra manera de mostrar las relaciones en la literatura; que no me doy por vencida y que sigo creyendo que los que nos dedicamos a promover las letras, de una u otra forma, tenemos la responsabilidad de dejar un mensaje positivo, de fuerza y de igualdad. Que la pasión no puede vencer al amor propio, al respeto a uno mismo y al respeto al otro, a su identidad y a su individualidad. 

Basta de "me perteneces", de "amores a primera vista" y de "sin ti no soy nada". El amor, por suerte, unas veces viene, otras se va, y otras muchas se queda. El mensaje que debemos tener claro es que el amor mana de nosotros, no de otra persona externa. Somos responsables de nuestra felicidad y ya es hora de que el cine, la literatura, la televisión y los cantautores melancólicos evolucionen y nos muestren la visión independiente y sana del amor.

Yo escribo y aporto mi granito de arena recreando algo, modificando lo que ya existe pero añadiendo un toque diferente, un distintivo que espero poder seguir aportando: igualdad, inclusión y respeto.

Espero que disfruten de la lectura y que no sea la última vez que nos encontramos en este camino.