sábado, 11 de abril de 2015

Bienvenidos al momento "Érase una vez..."

¿Cómo nos enfrentamos a la página en blanco? 

Pocas cosas imponen más que tener todo un mundo de posibilidades ante ti.
Una vez mi profesor de psicología social nos habló de una curioso caso que nos ocurre a todas (o casi todas) las personas: cuanta más variedad hay para elegir, menos conformes quedamos con el resultado de nuestras elecciones. Eso significa que si nos dan a elegir entre dos clases de chocolate, elegiremos una de ellas y quizás quedaremos más conformes que si podemos elegir entre un millón de clases diferentes de chocolate. Siempre nos quedará la duda de si hicimos la mejor de las elecciones



¿Y este rollazo? Realmente al comenzar a escribir debes tener claro que esta es la historia que quieres contar y no otra. No vale arrepentirse después. Debes estar, no sólo convencido, sino orgulloso de ella. Da igual que sea la mayor mierda jamás escrita, tú debes creer en ella porque únicamente así podrás convencer a otros de que merece la pena. Y claro está, si realmente merece la pena, ¡mejor! Que sepas que una decepción de ese calibre no es fácil de perdonar y olvidar. No importa cuantas vueltas le des al texto porque cuanto más exigente seas contigo, más te lo agradecerán los que te lean.

Esto es algo que se aprende con el tiempo: poquísimas personas son capaces de crear una obra de arte a la primera. Recuerda esto cada vez que pienses que no te va a leer ni tu santa madre. Cada crítica es una lección que debes apuntarte, un aprendizaje que te regala la experiencia de escribir y ser leído.


"Tu libro es una mierda" 

¿Por qué esto NO es lo peor que alguien te puede decir? Porque incluso eso significa:

1. Que alguien leyó tu libro. Para bien o para mal, esto siempre es positivo.
2. Que no tiene que gustar a todo el mundo por igual. Recuerda que hay quien lee una temática (por ejemplo romance) que nunca le ha gustado y por lo tanto su opinión se verá empañada por ese hecho.
3. Que el próximo debe siempre superar al anterior, si no, párate y piensa. No porque hayas recibido una mala crítica debes volverte loco y cambiarlo todo, pero mejorar es algo que debes proponerte porque lo contrario es negativo. Supuestamente cada paso que damos nos hace mejores y con esa ventaja contamos de cara al lector. Si el siguiente libro es peor que el anterior, o muestra menos detenimiento por tu parte, eso hará creer a tu público que tu mejor momento ya pasó. ¡Nuestro mejor momento está siempre por llegar! ¿No es genial?

Siempre hay un aprendizaje detrás de cada bache que encontramos, y no lo dice Paulo Coehlo, lo digo yo.

Recuerdo que cuando empecé, tenía muy clara la idea de lo que mi historia no sería, mucho más clara incluso que la idea de lo que sí quería sacar de ella. Es un error importante el no tener clara tanto una cosa como la otra.

Empieza por el final:

A mucha gente se le da bien improvisar; trata de no ponerlo en práctica, al menos si estás comenzando. Ten claro como va a terminar la historia, quien es el malo, como vas a desenredar el nudo que has ido creando, y siempre caminar sobre seguro. Debes saber qué va a ocurrir al menos en los próximos tres capítulos. Anticípate y no te saques argumentos de la manga: INFÓRMATE Y FÓRMATE SOBRE LO QUE ESCRIBES.


En la próxima entrada hablaré de uno de los grandes descubrimientos en cuanto a lo que la edición de portadas se refiere: Canva existe desde el año 2012 pero hace poco que incorpora la opción de crear portadas para kindle, y eso amigos míos, es lo mejor que nos puede pasar.
¡Nos leemos!

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