viernes, 16 de enero de 2015

Libros de usar y tirar

Desde que comencé mi incursión en esto de escribir, me he encontrado con que es uno de los hobbies más populares que existen. Me refiero a que, si le das una patada a una piedra, pueden aparecerte como doscientos escritores de poesía, relato, novela, cuento, etc.
Y ustedes dirán...¿Cuánto de bueno y malo tiene este hecho?

Bueno: Que hoy en día una editorial no puede frenar las ganas de escribir y de publicar de nadie.
Malo: Que lo realmente bueno se acaba perdiendo entre la maleza.

No haber elegido un título interesante, escoger una portada que roce lo absurdo, la reiteración de argumentos, pésima redacción de la sinopsis.... hacen que divaguemos por las librerías y que, ni siendo gratuitos, los descarguemos.

He llegado al límite en cuanto a ese tema.
Mi lema como escritora es sencillo: si no tienes nada nuevo que contar, no cuentes nada.
La mayor parte de escritores que ponen empeño en cumplir esta premisa no tienen la suerte ni medios para hacer valer sus obras, y eso me irrita. Me irrita que una gran historia esté siendo eclipsada en una librería (online o no) por obras como: Ámame, Pídeme lo que quieras, los placeres de la noche, Cincuenta Sombras de Grey, Sedúceme, Suplícame, Desátame, Tómame, Poséeme... e infinidad de verbos en imperativo con carácter sexual que vienen a decir lo mismo una y otra vez: chico con pasado oscuro seduce a chica con pocas luces o casi ninguna, la putea al máximo para luego enamorarse de ella y después de pelear durante los quince últimos capítulo, le pide matrimonio y tienen hijos, aunque no siempre esa es la ecuación. A veces la embaraza y luego le pide matrimonio. ¡Faltaría más!



Les juro que es verídico que esos títulos existen, y no tengo nada en contra de aquellos a quienes les encanta leer siempre lo mismo. Pero no me digan que no sería genial encontrar una historia, de verdad, inolvidable detrás.

Es sumamente triste que los libros más demandados tengan siempre las mismas premisas, los mismos personajes, los mismos escenarios...al menos los más aventajados de hoy en día, los que venden libros como rosquillas.
Algunos de ellos admiten que son versiones más o menos transformadas de una saga anterior, como fue el caso de la autora de Cincuenta Sombras. E.L. James admitió que sus personajes estaban influenciados por los de la saga Crepúsculo. Vamos, que a Edward Cullen y a Bella Swan les quitas los colmillos y la ropa, y te sale como resultado Anastasia Steel y Christian Grey. Y tan fresca se quedó.  
Primero fue el tema vampiros: nuestras librerías se colmaron de novelas de ese tipo. Todavía hay quienes se cuelgan de ese tirón. Luego vino la fusta de Mr Grey, y ahora por fin estamos saliendo de ese bucle de resurgimiento de novelas eróticas. Simplemente, tiemblo al pensar en qué será lo próximo que traten de vendernos.


Hoy en día, pasearse por las librerías te regala sorpresas como esta sinopsis: «Quiero que nos poseamos en cuerpo y alma, que el fuego que arde entre nosotros nos consuma… Anhelo conocer sus secretos, suplicarle que se entregue a mí igual que yo me he sometido a el» o por ejemplo«He soñado durante años con una boda perfecta, pero sólo cuando conocí a Damien Stark —el hombre que me desató con sus caricias y me poseyó con sus besos— empecé a pensar que mi destino era casarme con él.»



¡Wow! y el personaje que expresa esas palabras es una ¡ingeniera de Software! Ojo, a ver si ahora las ingenieras no van a poder expresarse así, ni mucho menos. Pero el autor quiere crear personajes cultos, formados e inteligentes y atribuirles personalidades frágiles, infantiles y dependientes; mandando mensajes del tipo: no soy nada sin ti, me muero sin ti, eres mío, yo soy tuya... En fin, sé que me diréis que es ficción y que todo cabe, pero no nos olvidemos de que hay gente que se lleva esa ficción a la vida y que hay quienes se deprimen porque sus maridos no son como Christian Grey.
Ahí lo dejo.

Este post nació de la indignación que siento por los devoradores de Lectura de Water, aquellos que hacen que las editoriales apuesten por novelas sin contenido ni sentido, y también por la imposibilidad de hallar hoy en día algo único y memorable entre tanta maleza.

3 comentarios:

  1. Hola:
    He estado siguiendo tu obra "Contigo llegó la lluvia". Estoy ahora en el capítulo 8. Aclaro que no soy lector de literatura romántica pero por cuestiones profesionales me ha tocado acercarme al género y tengo dos cositas rápidas que decirte: primero que coincido plenamente con tus apreciaciones en cuanto a la masificación, saturación y ruido de fondo del mercado literario. Existe exceso de oferta y, en general, mediocre la cual oculta los verdaderos talentos. Segundo: tu obra, en efecto, la veo diferente, con otra actitud, otra visión. Te esfuerzas de alejarte de los estereotipos y de lo ya leído, en eso veo que rehúyes de la imitación en la que tantos otros autores caen rendidos.

    Tengo un proyecto de blog literario que puede serte interesante y beneficioso para la promoción de tu obra. Te escribiré a tu correo al respecto por si estas interesada.

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    1. Hola Javier. Estoy encantada con tu comentario, gracias. Disculpa la tardanza pero recién abrí el blog después de semanas y me topé con la sopresa. Disculpa. Mándame la información cuando quieras. Mi correo es paulineobraynwriter@gmail.com

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  2. Bueno, creí que no te interesaba. Te envío el anteproyecto y lo discutimos.

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