martes, 9 de febrero de 2016

Conseguí vender mi libro por internet a miles de personas: ¿Cómo cobro ahora los beneficios?

Fiscalidad del escritor

Este será el post más largo y más útil que leerás si estás en la carrera hacia convertirte en un escritor que quiere vivir de lo que produce, pero a quien se le ocurrió la genial idea de usar una empresa estadounidense para publicar.

Hace más de un año comencé este blog con la firme idea de ayudar a aquellos que, como yo, jamás habían recibido el asesoramiento o la ayuda profesional para lanzar sus obras al mundo; para aquellos que se habían buscado la vida a través de los post de otros, los cuales a su vez habrían hecho lo propio para crear contenido.
Y supuse que, como a mí, a otros se les habrían quitado las ganas de luchar por su trabajo gracias a las miles de complicaciones que supone "trabajar" con empresas extranjeras y querer cobrar de ellas sin problemas.



He tenido algo más que suerte en esto de escribir. Lo que al principio parecía un simple golpe fortuito de acontecimientos mega suertudos, se ha convertido en un listón al que recurro para inspirarme y seguir adelante.

Pero una cosa es escribir, vender, triunfar, estar satisfecho con uno mismo, seguir creando y vendiendo y vendiendo.... y otra muy diferente es:

Ver los beneficios en tu poder

Sin duda la carrera hasta este post ha sido larga y muy desmotivante. He perdido mucha de la ilusión del principio por la burocracia, que a su vez comprendo y veo necesaria, pero que ha supuesto un increíble desgaste psicológico para mí. No digo que no sea necesario tanto trastoque para terminar cobrando por  TU TRABAJO, pero sin duda podría ser un poco más fácil, y aquellos que se están lucrando con él, deberían saber ayudarte un poco más (me refiero a Smashwords).
No negaré que han sido lo mejor que le ha pasado a mis libros, pero a la misma vez se han desentendido en cuanto a la tarea de hacerme llegar las ganancias o ni tan siquiera asesorarme de algún modo.

Cuando un escritor español quiere vender un producto en el extranjero (en este caso hablaré de EEUU que es lo que ahora mismo conozco) debe tener presente que los beneficios se generarán en otro país, y que, por lo tanto, hay que investigar si existen tratados entre mi país y el otro, que nos beneficie y que no haga que 10€ acaben siendo 1.05€. Tenemos que encontrar la manera de que el sablazo sea menos fuerte. Si no es así, por defecto, los EEUU se quedan con un 30% de cualquier cifra, y tu país quizás con otro tanto.
Yo, ignorante de mí, pregunté a la plataforma Smashwords durante semanas, completamente anonadada con la información que estaba recién descubriendo por aquel entonces.
Ya había llegado el momento de cobrar por mi trabajo y en ese instante no vi nada, el silencio, el vacío por completo. Ni siquiera un mensaje que me alertase de que debía solucionar ciertos problemas antes de ver mis dólares. Nada.

Me alerté; la cifra era preocupante y cada día se incrementaba. No lo controlaba en absoluto y entenderse en cuestiones de tasas, declaraciones, tesorería, dinero, retenciones, impuestos, etc. con un país de habla no española, es de lo más complicado. Digamos que en mi propio idioma apenas entiendo esos términos.
Pregunté y me dijeron que aún no habían recibido un documento (enviado por mí) en el que declarase que era ciudadana extranjera y que por lo tanto merecía una retención del porcentaje que le correspondiese a mi país. Ese documento se llama FW8BEN si eres un individuo normal y corriente, y FW8BEN-E si eres una empresa (no autónomo, como yo estúpidamente creí).

No sé si os acordáis de que al principio de este blog hablé sobre la importancia de conseguir el número EIN para poder acceder al mínimo descuento sobre el total de tus ganancias. Ese número es lo peor que me ha pasado este año, es lo que te piden para poder publicar pero jamás logrará que como individuo consigas cobrar tus regalías.
El número EIN, al contrario de lo que yo y muchos pensábamos, es un número que el departamento del tesoro de EEUU asigna sin mucho problema a cualquiera que lo solicite por fax, llamada o correo ordinario. Apenas tarda unas semanas en llegar una carta con tu correspondiente número. Ese número te permite abrir una cuenta de Smashwords, pero a la hora de cobrar los beneficios obtenidos, te planteará problemas enormes. El número EIN te convierte en una empresa, no en un individuo de a pie. Cuando mandes el FW8BEN a Smashwords, ellos te responderán: "Gracias por ponerte en contacto con nosotros pero el documento que nos has mandado no es el que te corresponde porque tú tienes un número EIN (empresa) y no un ITIN, que es el número que te correspondería como individuo extranjero que quiere cobrar de los EEUU. Como empresa, el documento que debes rellenar es el FW8BEN-E y sus interminables 9 páginas con todo tipo de cuestiones comerciales, legales y de términos que no sabrás responder". Vale, esa es la interpretación personal que hice en su momento, pero viene a significar exactamente eso.

En otras palabras,  cuando solicité el número EIN, debí haberme informado previamente. El número que nos corresponde poseer como individuos extranjeros que están generando regalías en EEUU es el ITIN.

Me costó mucho entender esto porque yo no soy de ese tipo de personas que manejan dinero del extranjero, ni tampoco nativo, para qué nos vamos a engañar.

¿Me estás diciendo que no te vale con mi palabra de que no soy una empresa sino una pobre ciudadana española que quiere percibir sus ganancias sin más problemas? ¿Que tengo que mandarte mi pasaporte para que me creas porque no hay otra manera de que lo compruebes?

Resumiendo: Smashwords esperaba un documento (FW8BEN) sencillo con un número en él (ITIN) que le asegurase que yo había "hecho las paces" con la hacienda norteamericana, comunicándole a ésta que yo era extrajera y que quería cobrar de una empresa estadounidense. Con esto, Smashwords se lava las manos en ciertos sentidos.


Para obtener ese número debía mandar (vía correo ordinario) al departamento del Tesoro de los EEUU mi pasaporte original (te recomiendo copia compulsada por el organismo que lo expide porque a mí me dieron un susto y me arrepentí de haber enviado el original), el documento FW7 (un pdf en el que debías exponer tus datos, firma, tu procedencia y en el que te instaban a buscar, dentro del tratado que tu país tiene con EEUU, el artículo en concreto en el que se explica la razón de tus ruegos, o cual es la actividad por la que solicitas ese beneficio fiscal. Si eres escritor como yo, tienes que poner "Excepción 1d, cobro de regalías" en el apartado H y el número del artículo que te corresponde es el 15) y una carta firmada por la empresa con la que haces negocios (en este caso Smashwords) que diga algo así como: "Esta persona que os envía la solicitud ha estado generando regalías durante el año en curso con nosotros y está sujeta a reducciones de tasas por el gobierno de EEUU. Espera que le mandéis el número ITIN para que nosotros podamos proceder a ingresarle esas regalías, blah, blah, blah".
Esa carta te la envían en menos de una semana, pero debes solicitarla a Smashwords cuanto antes porque sin ella habrás mandado la solicitud al IRS en vano.


Una vez y hayas enviado correctamente esa carta, te esperan unas 6 o 7 semanas de larga y tensa espera, sin olvidarnos de que una vez y te respondan debes introducir el ITIN en otro documento y enviarlo a Smashwords inmediatamente para cobrar justo al finalizar el trimestre en curso. Si hay suerte, claro.

¿Vale la pena todo este trasiego? Si has vendido 2 o 3 libros, definitivamente no lo veo urgente, aunque siempre debemos exigir lo que nos corresponde. Siempre.
Lo peor de esta experiencia fue darme cuenta de que no existía ningún profesional a mi alcance que pudiese o supiese asesorarme. Todos a los que recurrí me miraron con cara de desconcierto y eso me desmotivó aún más.

Han sido al menos 6 meses de no comprender, no entender, esperar sin recibir respuesta, de necesitar saber y no hallar nada ni nadie a quien acudir... ha sido duro y desesperante. Muy desesperante.
He querido explicarlo de la manera más sencilla, pero aun así sé que habrá quien no haya entendido nada. Os animo a que me preguntéis todo aquello que no comprendáis porque, sin duda, habría dado un riñón porque alguien me hubiese explicado esto hace un año con palabras que yo pudiese entender, o al menos, como mínimo, en mi idioma.

Finalmente lo conseguí, no sin antes perder media vida en el proceso. Varios trimestres de pago pasaron frente a mis narices como quien ve zarpar su barco hacia el paraíso y no pude menos que saludar con la mano, boquiabierto, desgastado y desconcertado por la injusticia y la impotencia.

No quiero que a nadie se le pase ni por un segundo la posibilidad de tirar la toalla por este asunto que a más de uno puede parecer (yo incluida) desesperante, así que ofrezco lo que tantas veces necesité: ayuda desinteresada.
Mucha suerte y ¡a por lo que nos toca!